¡Buenas!
Después de unas semanas intentando dejar listo el dichoso juego y sus interminables problemas...(compadezco a todos aquellos que sufrieron las consecuencias de la nueva expansión y la actu 1.55) aquí vuelvo con un nuevo capítulo de la historia que espero que os guste ^^
Durante el verano andaré menos por aquí, pero aun así intentaré no demorarme demasiado para traeros el siguiente capítulo del relato, que iré alternando con la serie hasta que lo acabe, ya que veréis a partir del siguiente que están bastante conectados.
En fin...no me enrollo más, dedico este capi a mi querida Mexe y a todas las seguidoras de Serpierte ¡un besazo chicas! ;)
PD: Los derechos de las canciones que aparecen en mi blog son por supuesto de sus creadores, yo sólo las uso porque creo que encajan bastante con la historia, pero ninguna de ellas me pertenece.
domingo, 21 de julio de 2013
Capítulo XXII: Agridulce
(PRIMERA PARTE)
Bridgeport, 25 de Febrero de 2011
Que Thaerion se convirtiese en el
nuevo cantante del grupo de mi hermano era algo que no esperaba, y que sin duda
dificultaba bastante mi idea de pasar página, pero no iba a echar por tierra
mis esfuerzos. Y mucho menos hacerme caer de nuevo en sus redes.
Así que me propuse hacer lo
posible por seguir adelante con mi nuevo trabajo y no pensar demasiado en ello.
Con suerte, y teniendo en cuenta que los ensayos los hacían fuera de la
compañía, apenas tendría que encontrarme con él y la tentación sería mucho
menor.
Así fue como pasó una semana más
y yo seguí a lo mío sin tener noticias suyas.
-
¿Cómo van
las cosas con Francessco?
Aquella era la pregunta que solía
hacerme Violeta casi cada día, y yo solía responder de la misma forma.
-
Bien,
pero sólo somos amigos.
-
¿Habéis
vuelto a quedar?
-
Él está
de exámenes, no nos hemos visto demasiado.
-
Pero
quedaba libre ya para este fin de semana ¿no?
-
Creo que
sí, no lo sé.
-
¿Por qué
no lo invitas al concierto de mañana?
-
¿Concierto?
¿Qué concierto?
-
El que
van a dar los chicos en el club “La Cueva” ¿No lo sabías?
¿Por qué siempre era la última en
enterarme de las cosas…? Ah si…quizás porque me había propuesto no hacer
preguntas sobre ellos.
-
La verdad
es que no, no los he visto mucho últimamente.
-
Carai…no
sales de aquí, no hablas con nadie…¿te pasa algo cielo? Últimamente te noto
algo apagada.
-
He estado
muy ocupada, aun me estoy adaptando a tanto ensayo, y me siento bastante cansada.
Lo único que me apetece cuando termino las clases es irme a la cama y dormir
por lo menos diez horas.
-
¡Pero eso
no es bueno! – exclamó haciendo aspavientos con los brazos - ¡Tienes que salir! Mañana vendrás a
verlos en su primer concierto.
-
¿Es
necesario que vaya? – no es que no tuviese ganas de ver a Lande, Janne y
los demás tocar por primera vez, pero temía un nuevo encuentro con Thaerion.
-
Pues
claro, y puedes invitar a Francessco para que te acompañe.
-
Pareces
muy interesada en que salga con él.
-
Es un
buen chico, y hacéis muy buena pareja juntos. ¿Por qué no le das una
oportunidad? Se nota que tú le gustas mucho.
-
No lo sé
Violeta…no estoy para novios. Lo de aquella noche fue algo que pasó sin más,
pero no sé si quiero que vuelva a repetirse.
-
¿Es por
Valo?
-
¿Valo…?
-
Si, ya
sabes, el nuevo cantante.
-
Si, ya sé
quién es, pero no sé a qué viene esa pregunta.
-
Te
quedaste muda cuando lo viste aparecer, y te pones muy tensa cada vez que sale
en algún tema de conversación.
-
Cuando os
vi a ambos aparecer no me pillasteis en el mejor momento.
Traté de excusarme, pero Violeta
parecía tener un sexto sentido para las mentiras. No había forma de engañarla
cuando se trataba de cotilleos amorosos.
-
¿Te
gusta, verdad?
-
¡No!
– exclamé poniéndome colorada como un tomate - ¡Claro que no!
-
Ohhh
vamos…está cañón. No vas a negármelo.
-
Vale, está
bien, es guapo – murmuré cohibida - Pero
no es mi tipo.
-
¿Salías
con él cuando trabajabas en aquel pub?
-
No, él
salía con Beth…la chica que fue asesinada por aquel tipo.
Recordarla seguía sin ser
agradable para mí, no dejaba de ver la imagen de su cuerpo tirado en el suelo y
su sangre bañando la pared. Y me hacía recordar que tenía algo pendiente por
hacer, y que no debía dejar pasar por más tiempo.
-
Entiendo…pero
él te gustaba y te quedó la espinita clavada.
Ya estaba ella montándose sus
propias películas, ¡pero mira que era pesada a veces!
-
No hay
ninguna espinita.
-
Entonces
no te importará que vuelva a intentarlo con él ¿verdad? – preguntó
entrecerrando los ojos mirándome con una pícara sonrisa.
Una sonrisa que decía “¡te pillé!”
-
Haz lo
que quieras…no me interesa en absoluto – contesté intentando parecer
indiferente.
La verdad es que imaginar a una
de mis mejores amigas con él no era algo agradable, y más sabiendo que tenía su
cuarto al lado del mío y podría escucharles…arg no…¡me niego a pensar en ello!
-
Jajaja
¡Tendrías que ver la cara que has puesto ahora mismo! – exclamó señalándome
con el dedo – tranquila mujer, no pienso
quitártelo. Pero deberías empezar a moverte si quieres conquistarlo, porque te
aseguro que en cuanto le vean aparecer por la Compañía se le van a lanzar al
cuello como lobas.
Maldita sea…eso era cierto. Con
la cantidad de chicas que trabajaban en Shelüne raro sería que no terminase
encaprichándose con alguna…y yo tendría que verlo.
-
¿Por qué
esa manía con que me eche novio? ¿Te pagan alguna comisión o algo por cada
pareja? Primero Janne, luego Francessco…y ahora Valo.
La verdad es que el tema me había
puesto de mal humor, y la actitud de Violeta comenzaba a cansarme un poco.
Sabía que no lo hacía con mala intención, pero el estrés acumulado y todo lo
relacionado con Thaerion hacía que mis cambios de humor fuesen algo bruscos a
veces y la pagase con quién tenía delante.
-
Vamos
mujer, no te pongas así, sólo quiero que te animes un poco. Y no hay nada mejor
para eso que echar un buen polvo.
-
Y dale…no
necesito echar un polvo para ser feliz, Violeta. Puede que a ti eso te funcione
pero yo no soy así. No necesito a ningún tío para estar bien.
Violeta me miró algo sorprendida
y por primera vez guardó silencio, mordiéndose el labio con gesto dolido.
-
Lo
siento…- me disculpé al verla tan afectada – no quise decir que tu si lo necesitases…
-
No…no te
disculpes – contestó sacudiendo la cabeza – lo siento, no debí ser tan pesada. Entiendo que estés estresada…pero
sólo quería…
-
Animarme,
lo sé. Y te lo agradezco Violeta – coloqué las manos en sus hombros y le di
un suave apretón – pero estoy bien, de
verdad.
Ella me miró unos segundos y
esbozo una leve pero cariñosa sonrisa.
-
Sé que a
veces me preocupo más de la cuenta y me pongo pesada, pero te has convertido en
una persona muy importante para todos nosotros, eres casi como una hermana para
mí. Y pareces tan perdida que me cuesta quedarme de brazos cruzados. Debes
salir, vivir más. Quedarte aquí encerrada sólo hará que te consumas. Y perdona
que te lo recuerde y te trate como una niña, pero has perdido mucho peso y
tienes que comer un poco. ¿Te has mirado últimamente al espejo?
Todos los días, y la verdad es
que estaba que daba pena. Los mareos no habían remitido y seguía sin poder
llevar gran cosa al estómago. Tantas horas de ensayos me tenían consumida.
-
¿Tan mal
estoy?
-
Nos
tienes muy preocupados. Deberías ir al médico.
-
¿Al…m-médico?
Escuchar esa palabra hizo que
volviesen las arcadas, oír hablar de médicos me ponía de los nervios. Y no me
traía buenos recuerdos.
“Vamos a ver a un amigo…”, la voz de Hamming se repetía sin cesar
en mi cabeza cada vez que oía hablar de ellos.
-
Está
bien, me cuidaré más. Pero nada de médicos.
-
Mejor no
pregunto…
Tuvo que ver en mi cara que no me
apetecía nada, porque no insistió más.
-
Pero
mañana te vienes con nosotras al concierto – dijo volviendo a adoptar su
actitud mandona- ¡Y esta vez no quiero
excusas!
-
P-pero…
-
Ni peros
ni leches, te vienes y punto. Además tenemos que verles actuar para decidir si
les contratamos o no, y Ángela y yo queremos tu opinión.
-
¿Eso
significa que los veríamos más por la Compañía?
-
Así es.
¿Algún problema?
-
No…ninguno.
-
Perfecto,
entonces ve pensando que ponerte para mañana. O pásate luego por mi cuarto y te
dejo algo de ropa. Aunque con lo delgada que estás…quizás sea mejor que se la
pidas a Ángela. Bueno…como sea pásate por allí y ya buscamos un conjunto bonito
que puedas ponerte.
-
Está bien
– contesté agradecida, aunque lo cierto es que la ropa era lo que menos me
preocupaba de la salida.
***
Nos despedimos y me dirigí hacia
el aula de baile, donde Nadia me esperaba para comenzar con las clases. Había
un ramo de flores enorme metido en un bonito jarrón de cristal sobre la mesita
de la sala.
-
¿Y estas
flores?
-
Te las ha
mandado un admirador – contestó desde el escenario mientras comenzaba los
estiramientos.
-
Venga ya.
-
En serio,
acaba de llegar un chaval y las ha dejado a nombre de Lithiel.
Me acerqué hasta el ramo y busqué
la típica nota que suelen llevar cuando se entregan a través de un mensajero.
Pero no había ninguna.
-
¿Has
visto cómo era?
-
La verdad
es que no me fijé mucho…parecía tener algo de prisa. Pelo rizado, rubio y era
algo torpe. Casi se come el suelo al tropezar con el escalón.
-
No trae
ninguna nota.
Nadia se encogió de hombros y me
hizo un gesto para que comenzase a calentar.
-
Será un
admirador tímido. No le des muchas vueltas,
no será el primero ni el último.
Dejé las flores en su sitio y
subí al escenario sonriendo al pensar en ello. Ser Lithiel no iba a estar tan
mal después de todo.
Pero al volver a mi habitación
después de los ensayos hubo algo que me dejó con un mal sabor de boca.
Una escueta nota donde ponía lo
siguiente:
“No importa cuántos nombres falsos uses. Nunca podrás huir de tu
pasado, Alidaen. PD: Sublime actuación, me recuerdas mucho a ella”
***
Bridgeport, 26 de Febrero de
2011
Era el día de nuestro debut como grupo. The Reapers iban a tocar por primera vez en un conocido club de rock
situado en el centro de la ciudad.
Las Musas, Ángela y Violeta, acudirían junto a otros
miembros de la Compañía para vernos actuar y decidir si funcionábamos o no como
banda, y si nos ofrecían un contrato que por mi parte sería mi billete de
entrada en Shelüne, y mi primer paso para poder realizar la misión que
Serpiente me había encomendado.
El éxito en esta actuación era clave, y saber que Alidaen
seguramente acudiría a vernos era un aliciente más para que todo saliese como
estaba previsto.
Llevábamos ensayando una semana entera sin descanso y apenas
había tenido tiempo de hacer otra cosa que no fuese pasar el tiempo con los
miembros de mi grupo, a los que poco a poco iba conociendo cada vez mejor.
Lande era sin duda el más abierto y alegre de todos, y con
quién más trato tenía aparte de su hermano Gas.
Hacían una curiosa pareja, y se notaba a leguas la estrecha
unión que había entre ellos desde que eran niños.
Gas actuaba como la voz de su conciencia muchas veces,
dándole consejos que Lande solía olvidar no con mala intención, sino por su
mala cabeza. Parecía un niño grande, o alguien que se había quedado en aquella
edad en la que lo mismo te puedes pasar el día jugando con la consola que
intentando ligar con chicas a todas horas debido a las hormonas.
A ambos les encantaba coleccionar figuritas de resina o
plástico de personajes de ficción supuestamente famosas, pero que en realidad
sólo conocían ellos y un grupo de jóvenes (y no tan jóvenes) a los que se les llamaba
freaks, o frikis. O eso tenía entendido.
Me habían dicho de hacer alguna partida de rol juntos, pero
yo seguía sin pillar muy bien de qué se trataba y no me llamaba mucho la
atención eso de ponerme a matar bichos con un dado e ir subiendo de nivel en
una ficha de papel. En mi mundo solíamos preferir las espadas.
Giglio en cambio pasaba poco tiempo con nosotros fuera de
los ensayos, era un tipo bastante ocupado, que siempre estaba o con su novia o
haciendo algún trabajillo para ganarse una paga extra.
Al igual que Gas no vivía en la Compañía, tenía su propio
piso a las afueras de la ciudad, cerca de la zona VIP, y parece que vivía
bastante bien con su sueldo como actor y vete tú a saber que más. Se me daba bien
saber cuando alguien ganaba dinero de formas poco convencionales, supongo que
era un defecto profesional.
Y de Janne bueno…de él no sabía casi nada, lo poco que me
habían contado sobre él es que vivía en Shelüne y que antes de conocerlos se
dedicaba a trabajar para una empresa de transportes.
No había hablado a nadie de su vida anterior, y tampoco
estaba muy dispuesto a entablar una conversación privada con él, al menos de
momento. Aunque si que era uno de mis principales objetivos a la hora de
conseguir información para las Sombras. Estaba claro que ese nativo tenía mucho
que contar.
***
El club donde tocamos era uno de los garitos de rock más
conocidos de la ciudad. Allí habían hecho sus primeros pinitos bastantes grupos
que con el tiempo fueron adquiriendo bastante fama. Esperaba que gracias a mis
contactos a nosotros nos pasase más o menos lo mismo.
Los ensayos y el montaje del equipo en el propio local
comenzaron unas horas antes del concierto, y durante ese tiempo aproveché para salir
un rato a fumar y hacer algunas llamadas.
Una de ellas fue a Avispa, quien me dijo que seguía
trabajando en la investigación y que pronto tendría noticias suyas. Me dio una
dirección, donde según ella podría encontrar información sobre ese tal Thaerion
y Alidaen si preguntaba a las personas adecuadas. Al parecer un bar bastante
famosete por ahí, y un par de nombres de personas relacionadas con su pasado.
Recabé todos los datos necesarios y prometimos ponernos en contacto en cuanto
tuviésemos más noticias.
Justo al colgar el teléfono, Alidaen apareció en escena
junto a Ángela y Violeta.
No nos dijimos gran cosa, ya que el concierto estaba a punto
de comenzar, pero nuestras miradas se cruzaron en un par de ocasiones mientras
charlaba con sus amigas.
Ella fingía mostrar indiferencia, pero estaba claro que mi
presencia allí la perturbaba y la hacía sentir incómoda. En cambio con Lande y
los demás charlaba y reía como si los conociese de toda la vida, incluso con
Janne, que no solía hablar casi nada, parecía tener una conexión especial que
no había notado antes que él tuviese con otra persona.
Me jodía admitirlo, pero aquello también me resultaba algo
molesto. Y era una verdadera chorrada, porque sabía que con ellos estaba bien y
a salvo, además, era yo quien le había puesto en manos de todas esas personas
esperando que la cuidasen. Era exactamente lo que había querido que pasase, y
no debía sentirme amenazado por ello.
No me costó demasiado seguir su juego, lanzándole alguna que
otra mirada ocasional pero intentando que no notase más interés en ella que el
que podría tener con cualquiera de sus amigas.
Incluso percibí cierto rencor por su parte cuando un par de
conocidas del club se me acercaron para pedirme un autógrafo y charlar conmigo
antes del concierto. Que tonteara con ellas la sacaba de sus casillas.
Mejor, pues pensaba hacerlo a menudo.
***
The Reapers subió al escenario a las diez en punto.
La sala principal estaba abarrotada de gente que venía a ver
nuestro debut, algunos antiguos fans del grupo de Lande y los demás, y otros
que ya conocía de mis conciertos. También había invitados de la propia compañía
y clientes habituales del local que como cada noche llenaban sus asientos y
tomaban unas cañas a la salud de los presentes.
Uno de los temas que elegimos para esa noche y que más éxito
tuvo fue uno que compuse hace tiempo, y que adaptamos para que Lande actuase
como segundo vocalista. Era la primera vez que lo cantaba en público, y de no
ser por ellos nunca habría llegado a terminarlo.
Janne me había ayudado a componer la melodía y hacerla mucho
más instrumental. Había quedado realmente bien, y sin duda la acogida del
público se hizo notar cuando la tocamos.
I’m giving up the ghost of love (Estoy
renunciando al fantasma del amor)
In the shadows cast
on devotion (En las sombras proyectadas en la devoción)
She is the one that I
adore (Ella es la única a la que adoro)
Queen of my silent
suffocation (Reina de mi asfixia silenciosa)
Bittersweet (Agridulce)
I won’t give up (No me rendiré)
I’m possessed by her (Estoy poseído por ella)
I’m bearing her cross
(Estoy soportando su cruz)
She’s turned into my
curse (Se convirtió en mi maldición)
Break this bittersweet spell on me (Rompe este
hechizo agridulce en mí)
Lost in the arms of destiny (Perdido en los
brazos del destino)
Bittersweet (Agridulce)
I want you (Te quiero)
I wanted you (Yo te quería)
And I need you (Y te necesito)
How I needed you (Cuánto te necesitaba)
Break this bittersweet spell on me (Rompe este hechizo
agridulce en mí)
Lost in the arms of
destiny (Perdido en los brazos del destino)
Bittersweet…
Mientras cantaba buscaba su mirada por encima de las demás,
a veces la encontraba y me perdía en ella los segundos que me permitía antes de
volverse a otro lado, hablar con alguien o simplemente alejarse de la mía.
Me tenía completamente hechizado, poseído como la mujer de
la canción, y me preguntaba si no sería a ella a quien mi mente ensoñadora
habría acudido el día que la compuse, aun sin conocerla. ¿O acaso tenía algo
que ver con la mujer de mis sueños?
Qué locura…
Pero dejémonos de tonterías, lo importante vino después del
concierto, cuando Ángela y Violeta se acercaron para darnos la enhorabuena por
el concierto y para darme la bienvenida oficial a la Compañía.
-
Enhorabuena
Valo, ya puedes decir que oficialmente formas parte de Shelüne – Ángela
hablaba con seriedad, pero a pesar de ello podía notar el agrado en su voz,
quería que estuviese entre ellos y debía tomar aquello como una buena señal – pásate el Lunes por la Compañía para hablar
de tus condiciones de trabajo y firmar el contrato.
Violeta me dio un fuerte apretón y besó mi mejilla
amistosamente mientras cotorreaba sin parar.
-
¡Bien
hecho! Estoy deseando ver como trabajas con el resto de miembros de Shelüne,
tengo grandes ideas para ti, estoy deseando que conozcas a Bobarie, seguro que
se vuelve loca y…
-
Violeta,
no empieces – le cortó la morena.
Alidaen hizo el ademán de acercarse con las demás, pero se
entretuvo charlando con Gas y Lande hasta que finalmente decidí ser yo mismo el
que rompiese el hielo.
-
No te
hace mucha gracia ¿no?
Ella se hizo la sorprendida y miró hacia mí dando un pequeño
sorbo a su gintonic con la pajita. Observé su cuello e imaginé el lento
recorrido del líquido transparente por su garganta, y no pude evitar pensar en
el sabor de su sangre empapada por el alcohol mientras ella volvía a su máscara
de indiferencia hacia mí.
-
¿Eh?
Tragué saliva antes de continuar hablando.
-
Que
trabaje con vosotros. No te hace mucha gracia.
-
Supongo
que tendré que hacerme a la idea de que voy a ver tu cara más de lo necesario
por Shelüne.
Sonreí ante su tono cortante y borde, la verdad es que
resultaba aun más encantadora cuando se ponía difícil.
-
¿Y eso te
molesta?
-
¿Tú qué
crees?
-
Que no.
-
La verdad
es que te lo tienes demasiado creído, y no todas somos como las de ese grupito
de allí – hizo un ademán señalando a un grupo de chicas que normalmente me
seguían a todos los conciertos y ya tenía bastante caladas - Por cierto ¿por qué no vas a molestarlas a
ellas?
Ni me volví para mirarlas.
-
Porque
prefiero molestarte a ti.
Me acerqué hasta su oído, y respiré el perfume que
desprendía su pelo y que tantos recuerdos me traía.
Dioses…que ganas tenía de poder besarla sin ponerla en
peligro. Y morderla. Poseerla…
-
Me gusta
lo difícil – susurré rozando ligeramente la punta de su oreja.
Pensé que se derretiría allí mismo, pero como era de
esperar, su respuesta no fue la que yo deseaba obtener. Y eso me puso aun más a
tono.
-
Pues a mí
no – contestó empujándome a un lado. – Estoy
cansada de lo “difícil”, así que
aparta.
Reí para mis adentros mientras observaba su trasero
contoneándose mientras se dirigía hacia el baño, y justo antes de
llegar se volvió para dedicarme una última mirada cargada de una
sensualidad que ni ella sabía que tenía.
Era la misma mirada que vi en la mujer de mi sueño, aquella
que tanto se le parecía.
-
Me vas a
volver loco – susurré para mis adentros.
Y me dirigí hacia el exterior para hacer una llamada y que
me diese un poco el aire.
***
(Al otro lado del teléfono)
-
Estoy
dentro.
-
Perfecto,
mantenme informado y no omitas detalle.
-
Bien. Una
cosa más.
-
Dispara.
-
Voy a
tomarme unos días libres.
-
¿Acabas
de empezar a trabajar para mí y ya me estás pidiendo unas vacaciones?
-
No te las
he pedido.
-
Halcón no
me toques…- cuelga – las pelotas.
Serpiente se dirige al balcón de su apartamento, desde donde
observa la ciudad de los rascacielos con una sonrisa ladina en el rostro. Una
mujer recién salida de la ducha y desnuda se acerca a él para abrazarlo.
-
Adelante,
busca… - él se inclina y despliega sus afilados colmillos, dispuesto a
alimentarse de su nueva adquisición - …y
encuentra lo que desees.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)